Un marco incomparable

El delta del Ebro nos ofrece un marco incomparable, único y singular con enclaves de gran riqueza biológica y una diversidad ornitológica de valor incalculable que cautivan a los amantes de la tranquilidad y la belleza de sus paisajes.

Como ya se ha comentado, la isla de Buda es una propiedad privada compartida con el Departament de Medi Ambient i Habitatge de la Generalitat de Catalunya, y delimitada por los dos brazos del río Ebro en su desembocadura al mar. Además de ser excepcional y única en muchos aspectos, presenta para el viajero un lugar de ocio indudable. Con la gestión de un turismo de bajo impacto se pretende dar a conocer a la sociedad las excelencias de la isla de Buda y su entorno.

La isla de Buda es el humedal con más riqueza de aves acuáticas de Cataluña y uno de los más importantes de España. Por ello resulta un lugar privilegiado para la observación de las aves, tanto para ornitólogos como para neófitos en la materia.

Además ofrece extensas playas solitarias en las que poder disfrutar del sol y del baño en el mar, en combinación con las aguas fluviales del río Migjorn. La agricultura permite conocer las prácticas en el cultivo del arroz como son la plantación, la cosecha y la fauna asociada. En la pesquera de Vicenç se muestran las artes tradicionales empleadas durante siglos en las lagunas para la captura de anguilas, lubinas y otras especies comerciales de peces. Son atractivos los paseos por los palmerales y las zonas más arboladas de la isla, especialmente durante las noches de luna llena. Además, al estar ubicada entre el río y el mar, cabe destacar los deportes náuticos y la navegación.